Escoger una carrera es algo complicado, sobre todo cuando sabes que de eso dependerá tu futuro, cuando lo tienes claro no pasa nada, la estudias, pero llega el momento de enfrentarse a otra cosa: ser egresado y buscar empleo.
Entrar al llamado “mundo real” no es algo fácil, más que conseguir empleo, el problema es buscarlo y encontrar el adecuado; los temores son muchos: no hay experiencia y eso es clave para obtenerlo, existe el desconcierto de tener a alguien que nos resuelva las cosas y ahora, es el momento de enfrentarnos, ser nosotros los que hagamos valer nuestra autonomía.
Al final de la carrera ya estamos cargados de muchos emociones; felicidad por terminar algo que nos costó mínimo cuatro años, pero a la vez nostalgia y tristeza porque esos días donde permanecíamos sentados tomando clase, platicando con el amigo de al lado, quedan atrás, y tal vez por mucho rato, ya no regresaremos, el ser estudiante de tiempo completo ya no es parte de nuestra vida, tal vez hagamos alguna maestría pero no dedicarle el 100 como lo es una carrera.
La familia es relevante, están a tu lado en las buenas y en las malas, se emocionan igual o más que tú porque acabaste la carrera, pero después deciden decirte que es hora de buscar empleo, que está bien, que te quieren mucho, pero que el momento de saber ganarte la vida ha llegado, entonces llega otro problema, porque ya no es sólo la presión personal sino la de tu familia.
Los que no hemos buscado empleo sabemos que es por miedo, por temor a ser rechazados, salimos de la carrera con muchas ilusiones pero también conscientes de que no será sencillo; el mundo está lleno de desempleados y no queremos ser parte de esa estadística. Tememos decir qué sabemos hacer porque ¿Qué tal que no lo notan?, ¿Y si no les gusta?, ¿Y si no me creen?
La hora de hacer el currículum es un caos, nos dicen que una hoja mínimo, dos máximo; y cómo llenaré una si no tengo experiencia, las ganas parecen no ser suficientes, y el no tener algo que compruebe lo que sabes también es un impedimento.
Sientes que no sabes nada, pero a la vez estás consciente que sí sabes otras cosas, pero que eso que sabes no tiene nada que ver con lo que requiere el perfil del empleo.
Aún no sé qué es buscar empleo, ni tener un currículum hecho correctamente, las ganas me sobran, pero de ganas está hecho el mundo de los desempleados; la preparación es básica, terminar una carrera no basta, es sólo un pequeño paso hacia algo más grande como lo es un título y de ahí para adelante.
La clave esta en saber venderse, todos los profesionistas deben saber sobre ventas, porque lo primero que tendran que hacer es ofrecer sus servicios profesionales y si no saben hacerlo, pues van a batallar para encontrar empleo. Las pruebas y examencitos en realidad ayudan a determinar el perfil que la compañia busca y no es porque el reclutador no sepa como hacer su chamba, es necesario determinar un perfil. La clave es la venta. Ofrece lo mejor de ti, muestrate seguro.
Entrar al llamado “mundo real” no es algo fácil, más que conseguir empleo, el problema es buscarlo y encontrar el adecuado; los temores son muchos: no hay experiencia y eso es clave para obtenerlo, existe el desconcierto de tener a alguien que nos resuelva las cosas y ahora, es el momento de enfrentarnos, ser nosotros los que hagamos valer nuestra autonomía.
Al final de la carrera ya estamos cargados de muchos emociones; felicidad por terminar algo que nos costó mínimo cuatro años, pero a la vez nostalgia y tristeza porque esos días donde permanecíamos sentados tomando clase, platicando con el amigo de al lado, quedan atrás, y tal vez por mucho rato, ya no regresaremos, el ser estudiante de tiempo completo ya no es parte de nuestra vida, tal vez hagamos alguna maestría pero no dedicarle el 100 como lo es una carrera.
La familia es relevante, están a tu lado en las buenas y en las malas, se emocionan igual o más que tú porque acabaste la carrera, pero después deciden decirte que es hora de buscar empleo, que está bien, que te quieren mucho, pero que el momento de saber ganarte la vida ha llegado, entonces llega otro problema, porque ya no es sólo la presión personal sino la de tu familia.
Los que no hemos buscado empleo sabemos que es por miedo, por temor a ser rechazados, salimos de la carrera con muchas ilusiones pero también conscientes de que no será sencillo; el mundo está lleno de desempleados y no queremos ser parte de esa estadística. Tememos decir qué sabemos hacer porque ¿Qué tal que no lo notan?, ¿Y si no les gusta?, ¿Y si no me creen?
La hora de hacer el currículum es un caos, nos dicen que una hoja mínimo, dos máximo; y cómo llenaré una si no tengo experiencia, las ganas parecen no ser suficientes, y el no tener algo que compruebe lo que sabes también es un impedimento.
Sientes que no sabes nada, pero a la vez estás consciente que sí sabes otras cosas, pero que eso que sabes no tiene nada que ver con lo que requiere el perfil del empleo.
Aún no sé qué es buscar empleo, ni tener un currículum hecho correctamente, las ganas me sobran, pero de ganas está hecho el mundo de los desempleados; la preparación es básica, terminar una carrera no basta, es sólo un pequeño paso hacia algo más grande como lo es un título y de ahí para adelante.
La clave esta en saber venderse, todos los profesionistas deben saber sobre ventas, porque lo primero que tendran que hacer es ofrecer sus servicios profesionales y si no saben hacerlo, pues van a batallar para encontrar empleo. Las pruebas y examencitos en realidad ayudan a determinar el perfil que la compañia busca y no es porque el reclutador no sepa como hacer su chamba, es necesario determinar un perfil. La clave es la venta. Ofrece lo mejor de ti, muestrate seguro.
1 comment:
:)
Gracias por compartirte.
Todo mi ánimo y esperanza para ti.
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